Maternidad minimalista, cuando menos es más
Cuando estaba embarazada de mi primera hija, solo pensaba qué viviría para poner el mundo a sus pies. Quién puede culpar a los padres por ese deseo tan natural que viene incluido en la mayoría de las maternidades y paternidades. Poner el mundo a los pies de nuestros hijos requiere de darlo todo. Nuestra energía, nuestro amor, cuidados; llenarlos de ropa, juguetes y todas las experiencias positivas que podamos, así como de evitar las negativas. Quienes lo intentamos (si logramos despertar del trance), nos daremos cuenta de que ese deseo es simplemente insostenible . Muchas veces imaginé a mis hijos como pequeños agujeros en mi cuerpo por los que se me drenaba la energía, algunas otras los llamé con cariño "sanguijuelas". Hasta que caí en cuenta de que estaba intentado lo imposible, y peor aún, que el sentirme tan desgastada, estresada, amargada, etc., era totalmente mi culpa. Y que por lo anterior, estaba fracasando en mi cometido de criar niños felices. Después de todo, po