Crianza Respetuosa: Trata a tus hijos como personas competentes



La crianza es un trabajo de todos los días y no existe una receta, es una tarea muy personal, de cada padre, de cada niño, de cada familia. De intuición, observación y aprendizaje, y muy independiente de la educación que se les imparte en la escuela.

Es una tarea tan amplia que no puede acotarse a una sola actividad o estrategia, y sobre la que es muy difícil opinar. Pero aquí va mi perspectiva, según mi experiencia como hija, como persona adulta y como mamá.

Hace poco encontré información sobre la Crianza Respetuosa, una tendencia inspirada en la Teoría del Apego del psiquiatra infantil John Bowlby, que considera al niño como una persona con los mismos derechos de un adulto, y cuyas bases fundamentales son el amor, el respeto y los límites sin castigos.

En mi caso particular, conforme he visto crecer a mis hijos, me he maravillado de su instinto, de la perfección y la belleza del cuerpo humano, de las habilidades y capacidades que han adquirido desde los primeros meses de vida. Cada uno tan distinto, con ritmos tan diferentes, pero tan capaces de aprender cualquier cosa los dos.

Trata a tus hijos como personas competentes, es una idea que me ronda por la cabeza, como si alguien me susurrara la frase constantemente, desde que nací como mamá, hace ya tres años. Y que se ha reforzado en mí, a lo largo de este tiempo.

Si alguien me preguntara mi interpretación sobre la Crianza Respetuosa, contestaría, que creo con firmeza que gran parte de “ese” tratarlos con respeto, consiste en gran medida en confiar en sus capacidades, darles libertad y dejarlos experimentar, poniendo como límite el respeto hacia otros.

Crianza Respetuosa: ¡Son pequeños, pero son capaces!



Como dije antes, no pienso que la educación y la crianza, puedan acotarse a una sola idea o estrategia, pero creo que una de las claves, está en confiar en ellos, en entender que no importa que tan pequeños sean; ellos sabrán adaptarse y manejar ciertas situaciones y retos que se les presentan día con día.

Mis hijos hoy tienen 3 años y 21 meses respectivamente, y algo que escucho constantemente de diferentes personas es: —qué niños tan independientes tienes— lo cual me llena de orgullo.

Como mamá, me rehúso a ser la primera persona que los subestime, confío mucho en ellos y creo firmemente que pueden lograrlo todo, aún sin mi ayuda.

Me gusta que puedan ir y venir sin necesidad de que mamá o papá estén detrás, me enamora verlos sociables y seguros de sí mismos. Pues ambos padres nos hemos empeñado en evitar transmitirles nuestros miedos y ansiedades. Es algo de lo que platicamos mucho en casa.

También me tranquiliza que sepan que estoy ahí, siempre presente para ellos, y que me busquen para pedirme ayuda cuando realmente la necesitan.


Aprendizaje a través de la experiencia

Viéndolos desenvolverse libremente en cualquier ambiente, me refuerza la creencia de que los niños aprenden a través de la experiencia. Así lo hacemos los adultos también ¿entonces por qué no dejarlos experimentar el mundo?

En la mayoría de las ocasiones, en las que observo con detenimiento como se desenvuelven mis hijos, he llegado a la conclusión de que es necesario que experimenten con todos sus sentidos, para crear una ruta en su cerebro sobre cómo funcionan las cosas.

Si se ensucian, si se caen, si son muy chiquitos para hacer tal o cual cosa, son muchas veces solo miedos e inseguridades nuestras, de los padres.

Cuando los veo, pienso para mis adentros, que al encontrarse en situaciones en las que son libres de elegir, pueden ser ellos mismos, y nosotros como padres, podemos llegar a conocer su verdadera esencia, para tomar decisiones certeras en cuanto a su educación.

Aún recuerdo con emoción, el día que animé a Miguel a aventarse de la resbaladilla más alta del playground, hace ya algunos meses. Después de esa experiencia, sin duda alguna es más valeroso e independiente. Y no le teme a ninguna resbaladilla, por más alta que esta sea.

Entorno cooperativo

La dinámica en mi familia favorece que mis niños sean independientes, y esto forma parte importante de la crianza respetuosa para mí. Somos extranjeros en el país en el que vivimos, y como familia cercana, solo nos tenemos a nosotros y a algunos amigos que se han convertido poco a poco en familia.

Esto ha sido fundamental para criar niños independientes, capaces de realizar tareas distintas, que considero también claves en su desarrollo.

Tareas propias para su edad, tales como recoger sus juguetes, llevar su pañal sucio a la basura, “limpiar” a sus posibilidades su lugar después de comer, empujar su silla a su puesto, ponerse los zapatos antes de salir, entre otras cuantas.

Fomentar estas actividades aunque requirió de mucho empeño y paciencia al principio, hoy en día me ahorra mucho trabajo, y a ellos; los ayuda a adquirir habilidades que les serán útiles para toda la vida, así como a aumentar su independencia, capacidad, proactividad y auto-confianza.

Después de todo, como leí recientemente en el libro Disciplina Inteligente de Vidal Schmill, podemos sentir que hemos sido buenos padres, al contestar afirmativamente a la pregunta ¿Son mis hijos personas aptas para vivir de manera autónoma y constructiva para sí mismos y para los que los rodean?

Tratarlos como personas competentes, respetarlos, confiar en sus capacidades, poner límites y fomentar que fortalezcan sus debilidades, para mí, es un gran principio para lograrlo. ¿Ustedes qué opinan?


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