Embarazo y pandemia

 



Si llegaste aquí porque estás embarazada, me gustaría que supieras algo: Todo va a estar bien. 

Si algo nos ha venido a recordar esta pandemia es el poco control que tenemos sobre cualquier cosa. 

Lo sé, estar embarazada es muy pesado, no importa si es tu primer o quinto embarazo. Y aún en situaciones ideales es un estado que se sufre física y mentalmente.

Físicamente es evidente; los grandes cambios del cuerpo, vamos, cuesta hasta respirar. Aún recuerdo aquellas llamadas de trabajo en las que perdía el aire y el tener que explicar a mis colegas que no se me cortaba la voz por nervios, sino porque mi panza ya era muy grande y me oprimía la caja torácica.

Se sufre mentalmente porque no se sabe qué va a pasar. Qué ansiedad genera saber que tu madre no va poder viajar para cuidar a tus hijos durante el parto, qué ansiedad da pensar que vas a traer a un ser indefenso a un mundo muy jodido, a un mundo el que todos los días muere alguien a causa de un virus del que poco se sabe, aunado a todo lo demás que aparece en las noticias. 

Qué ansiedad da ver a la gente que hace su vida normal a pesar de la difícil situación, mientras tú estás esperando la llegada del humano número 7,730,000,001.

Pero déjame decirte algo... todo va a estar bien.

Pensar que te puedes enfermar o que se puede enfermar tu bebé al nacer, quita el sueño y da pesadillas. Casi tanto como tener a los niños y a la pareja en casa todo el día todos los días, unas dormida y otras despierta, pero todo el día pesadillas. 

Pero déjame decirte algo... todo va a estar bien. 

Tal vez te parezca un cuento chino o un cliché, pero te vas a olvidar de todo en cuanto te entreguen a tu bebé después del parto, sin importar como haya sido; y escuches a la partera, doctora o lo que sea decir: -Está perfecto.

Te vas a olvidar de todo y vas a volver a nacer, ahora como madre, no importa si es el primero, segundo o tercer bebé; las maternidades también renacen y evolucionan. Y vivir una en un tiempo tan raro, te dará nuevos bríos, le dará nuevos bríos a tu familia.

¡Si tienes la fortuna de recibir a un nuevo bebé en casa, ¡felicidades, la alegría ha tocado a tu puerta!










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