Porque llevar a mi hija a un taller de desarrollo creativo
Alix tiene solo año y medio y recientemente la inscribí a un taller de desarrollo creativo que cuenta con varias actividades distribuidas en varias estaciones que cambian de temática semana a semana, con varios juegos que involucran desde pintura y plastilina que los niños mismos hacen, hasta tierra, arroz, plantas y un montón de cosas que pueden oler y sentir, además de herramientas que van desde pinceles hasta rodillos y martillos de madera para manipular todo elemento con el que entran en contacto.
En lo personal me gusta mucho el arte, es algo que me saca de alienación de la cotidianidad y me detona pensamientos y sensaciones diferentes a las del día a día, además de me divierte mucho contemplar e intentar hacer alguna creación de vez en cuando, que por muy mala que resulte, el proceso de elaboración que implica me encanta. Además, Alix tiene tanta energía, que actividades son lo que nos faltan para gastarla, así que pensé que sería buena idea introducirla al mundo creativo con actividades tan desastrosas que no pudiéramos hacer en casa, y que en esta etapa de crecimiento le sirvieran tanto para entretenerla, como para detonar en ella diferentes experiencias que pudieran resultar divertidas para ambas.
Francamente llegué sin expectativas, pero me encantó lo que encontré ahí. Lejos de tratarse de un lugar para solo jugar con pintura, que ya me parece algo muy cool, me he encontrado con un espacio en el que yo como madre disfruto también, pues me ha gustado mucho ver sus primeras reacciones cuando está en contacto con algo completamente nuevo para ella, llámese pintura, oobleck, arcilla, etc., ver su expresión de sorpresa, su entusiasmo y los gritos de emoción y risas que expresa tan naturalmente al experimentar por primera vez con ciertos elementos, me parece algo muy bonito de ver como madre, y hasta me dan ganas de ser ella o de tener su edad nuevamente para sentir lo mismo.
También he notado, y disfruto muchísimo al ver como hace conexiones entre causas y efectos para llegar a sus propias conclusiones. De esta manera incluso siendo tan chiquita, ha aprendido a mezclar colores, hacer figuras con arcilla, usar pinceles, amasar con un rodillo y usar muchos otros elementos y herramientas de manera intuitiva.
Esto podría resultar muy normal para un adulto, pero para un niño tan pequeño, son pasos gigantes en cuanto a desarrollo cognitivo y de maduración motriz. Incluso he notado que semana a semana hace algo diferente y se mueve con mucha más confianza, casi como si supiera lo que está haciendo, como si en realidad supiera pintar, esculpir y utilizar diferentes herramientas para hacerlo.
Viéndola desenvolverse en este ambiente, no me queda duda de que los niños aprenden a través de la experiencia, y he llegado a la conclusión de que experimentar con todos sus sentidos para crear una ruta en su cerebro sobre cómo funcionan las cosas. Por ejemplo, la primera vez que fuimos al taller, comió pintura y arcilla, pero en la segunda sesión no lo hizo más. Aprendió por sí misma que esos materiales no son buenos para comer, pero si para hacer otras cosas mejores, y antes de descubrir qué cosas, tuvo que verlos, tocarlos, olerlos y saborearlos para aprender.
Este es el caso específico de Alix, pero en el taller, me doy cuenta que cada niño tiene un proceso diferente, me gusta ver el comportamiento de cada uno en clase, hay quienes primero observan y después imitan a otros, pero hay otros que se abalanzan sobre las cosas para explorarlas sin pensarlo, algunos otros son muy meticulosos para manipular cualquier herramienta con la que entran en contacto. Y pienso para mis adentros que al encontrarse en situaciones completamente diferentes y ajenas a lo cotidiano, aleatorias, en donde no hay reglas y hay libertad de ir a donde quieran para explorar a su antojo, puedes conocer su esencia y personalidad. Para mi, este es foco de atención para tomar decisiones en cuanto a su educación en casa y prever como serán sus primeros acercamientos sociales con otros niños.
Dicen que los primeros 5 años de vida de cualquier persona, son cruciales para la formación de la conducta y establecer el modo en el que afrontará la vida como adulto. Construir conocimientos a través de la crear, intuir, inferir, explorar y compartir, a mi me parece una muy buena manera de hacerlo. Y tener un acercamiento con actividades que fomenten la creatividad, es algo que considero clave para esto.
Lo que empezó como un juego y una actividad para entretener a mi hija, terminó siendo una experiencia muy completa para ambas, de camaradería, descubrimiento y mucha diversión. Ahora tener esta actividad con ella, para mi representa un escape, un inicio o final de semana perfecto en un tiempo que nos dedicamos ella y yo. Incluso he visto parejas que van con sus niños y se ve que lo pasan increíble, así que también podría resultar en un momento de integración familiar y para construir recuerdos entrañables.
Comentarios
Publicar un comentario