La vida es infinita, jamás morimos, nunca nacimos en realidad
Desde hace algún tiempo he sentido curiosidad sobre vidas pasadas. Recuerdo desde muy pequeña oír en un programa de radio que escuchaba mi mamá, comentar sobre una persona que había nacido ciega y se lamentaba mucho de su situación.
Cuando practicó con un terapeuta algunas regresiones y pudo recordar bajo hipnosis sus vidas pasadas, descubrió que en algunas de ellas había sido verdugo. Lo comprendió todo y aceptó su realidad, su karma y su trabajo en esta vida.
De manera intermitente mi sed se fue ampliando y cuando fui mayor, busqué tomar terapias de regresión que nunca logré. Tal vez porque la persona que me las ofrecía, o yo no teníamos la preparación suficiente, o simplemente porque no era mi momento.
Parece un tema de ciencia ficción, sacado de la serie Black Mirror. Como en aquel capítulo futurista, como todos los capítulos de esta serie, en el que una pareja se conoce en una aplicación para citas, solo para descubrir que se habían conocido antes, multiples veces en otras vidas, como parte del funcionamiento del sistema que los regía.
El miedo a la muerte
La mayoría de las personas experimentamos miedo a la muerte alguna vez o siempre durante nuestras vidas. Pero qué tal si nos dijeran que realidad no hay muerte, que vivimos una y otra vez aprendiendo lecciones, escalando niveles, justo como lo suponen las teorías sobre la existencia de vidas pasadas.
Vivimos con la finalidad de construir conocimientos de amor, esperanza y fe. Para trascender nuestros vicios y virtudes, así como nuestras deudas con otros y con nosotros mismos.
Vivimos para aprender el valor de la paciencia y la esperanza, para entender el equilibrio que existe en la naturaleza, y para liberarnos de todos nuestros miedos, principalmente del miedo a la muerte.
Vivimos para progresar, el progreso del alma se da a través de la armonía y el equilibrio, del amor y la sabiduría, de la caridad, de la acumulación y el uso de la intuición y la confianza en uno mismo.
“no hay nadie más grande que su prójimo”
Qué tal si supiéramos que todas las personas existentes estamos en la misma misión, que todos somos iguales y que todos tenemos la necesidad de aprender sobre la confianza y el perdón.
¿Seríamos más compasivos con otros? ¿Cesaríamos nuestra necesidad de juzgar a los demás, de ser más que los demás?¿Le daríamos a la vida tanta importancia, como para nunca atentar contra la vida de otro?
Mi sed por conocer acerca de vidas pasadas ha sido satisfecha, no por una regresión, sino por “la inconmovible certeza de que somos inmortales, pues estamos más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y el tiempo, somos dioses y ellos son nosotros.”
Lo que has leído, son ideas que aprendí de la lectura del libro “Muchas vidas, muchos maestros” de Brian Weiss. Llegó a mis manos por casualidad hace muy poco, aunque se escribió en el año en que nací.
Si te interesa este tema, lo recomiendo ampliamente.
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