La importancia de la disciplina en los niños



Hace poco escuché una frase con la que me sentí muy identificada, “si no hay disciplina en la vida, cuesta mucho trabajo vivir” 


Personalmente, desde proyectos personales hasta acoplarme a mi nueva vida de mamá, me han costado mucho trabajo y pesares, que atribuyo en gran parte, a la falta de disciplina en mi vida.


Como es muy común en México, en casa siempre me pidieron enfocar toda mi energía en la escuela, y eso hice, siempre obtuve buenas notas, diplomas y seguido era parte del cuadro de honor.


Pero de ahí en fuera, nunca tuve otra responsabilidad, más que preparar mis útiles escolares cada noche para el día siguiente, hacer la tarea y estudiar para los exámenes.


Desde que recuerdo, levantarme temprano fue un problema, también para la familia, pues fue la causa de que llegaramos tarde casi siempre a cualquier lugar.


Crecí casi sin horarios y sin estructura, así se nos dió en la dinámica familiar (padres separados). Pero en la escuela, siempre lo hice muy bien, pues toda mi energía estaba enfocada en ello.


Aunque hoy puedo decir que tuve una infancia feliz, hoy en día me sigue costando mucho trabajo levantarme temprano a la misma hora, como mis actividades lo exigen, también batallo en estructurar un día de trabajo y en organizarme en general. 


Es algo con lo que tengo que vivir y lidiar todos los días, algo que me resta energía para lograr enfocarme en cosas más importantes.  Porque aunque hay voluntad, no hay estructura todavía, pues es difícil deshacerse en pocos años de las costumbres de casi una vida. 


Muchas veces los papás, por dejar crecer a los niños a su propio ritmo o por no complicarnos la vida batallando con ellos, los dejamos hacer como naturalmente se les da y a nosotros se nos hace cómodo. 


“Muchas veces dejamos a los hijos dominar las situaciones y olvidamos que quienes llevamos el timón del barco somos nosotros, los padres y no los ellos”



La importancia de la  disciplina, la estructura y los hábitos en los bebés


Para que la vida sea funcional, es esencial tener hábitos. Estos hábitos se generan a partir de una estructura y ciertos horarios diarios, que pueden implementarse desde los primeros años de vida. 


Tener un día estructurado, evita la confusión, el desorden y la pérdida de tiempo. Ayuda a los niños a enrolarse en la rutina familiar fácilmente, y sobre todo, ayuda a evitar situaciones de estrés. 


Si los bebés logran acostumbrarse a esa estructura, siempre harán lo mismo, sin ningún trabajo y ningún pesar.


Es tan fácil como despertar siempre a la misma hora, tener horarios de comida, ir a la cama a la misma hora, tomar la siesta a la misma hora, ir a la escuela y tener un tiempo para juego y esparcimiento. 


Últimamente cuando le digo a mi niño de 19 meses que ya es hora de comer, empieza a recoger sus juguetes en automático. Se le hizo costumbre que antes de ir a la mesa hay que recoger todo, porque es lo que hacemos todos los días. 


Saben también que antes de ir a la cama hay que lavarse los dientes, porque es lo que hacemos cada día. Saben que al llegar a casa, hay que quitarse los zapatos y ponerlos en su lugar, es algo que incluso hacen con gusto.


También se han acostumbrado a levantarse temprano por sí mismos, porque siempre duermen a la misma hora y porque los despertamos a más tardar a las 7am, cuando cumplen 10 horas de sueño. 


Primero estructura, después divergencia


Mucho se habla hoy en día sobre la libertad, sobre dejar a los niños ser diligentes, y yo no podría estar más de acuerdo. Hay que dejarlos ser y aprender a su ritmo.


Poco se habla sobre la importancia de la disciplina, pero como padres tendríamos que estar conscientes de que muchas veces, esa la libertad de ser niños, se confunde con la falta de hábitos y de estructura.


Dejarlos despertarse siempre a la hora que quieren y que hagan todo lo que quieren en general, por lógica, les va a generar esa costumbre. Disciplinarlos en años posteriores para integrarlos a la sociedad, por ende va a ser complicado, y si lo pensamos bien es incluso incongruente.


Dejemos de pensar en disciplina como si se tratase de algo impuesto, y pensemos que solamente se trata de hábitos y costumbres. Pensemos en la importancia y la facilidad de inculcarse la a nuestros niños desde sus primeros años, dejemos que la divergencia venga después. 


Es increíble la armonía que trae el orden y la estructura a la vida. Yo personalmente, aunque fui una niña libre, siempre busqué esa disciplina, siempre busqué ese orden, pero nunca fui capaz de encontrar la manera de vivir así por mi misma, hasta que tuve mi propia familia.


No quiero que a mis hijos les cueste trabajo la vida en algo tan esencial como a mí. No quiero que la hora de levantarse sea un pesar para ellos toda la vida, no quiero que se acostumbren al desorden, o que vivan confundidos, o esperando que alguien haga las cosas por ellos.


Quiero que sean diligentes, ordenamos y proactivos en las cosas esenciales de la vida, esto para mi es verdadera libertad e independencia. 


Si tú como yo también buscas tener más orden en tu vida, te recomiendo leer este post 5 razones por las que el método de Marie Kondo hará que tu vida mejore.

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